El Ministerio del Medio Ambiente declaró a los residuos textiles como un nuevo producto prioritario para la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor.
Ante una de las problemáticas de contaminación ambiental más preocupantes a nivel global, el Ministerio del Medio Ambiente publicó la resolución que establece a los residuos textiles como productos prioritarios para la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Esta decisión es el punto de partida para la elaboración del decreto que establezca metas de recolección y valorización, que deberán ser cumplidas por las empresas que introducen textiles al mercado nacional.
El crecimiento de los residuos textiles es un fenómeno que ha ido cobrando cada vez más relevancia a nivel mundial. Para tomar dimensión del problema, se estima que la industria textil emite más gases de efecto invernadero que el transporte aéreo y marítimo, y el porcentaje de materiales textiles que se reciclan para fabricar nuevas prendas es inferior al 1%.
Chile no escapa a esta problemática: según el Ministerio del Medio Ambiente, el consumo total de textiles por persona en nuestro país alcanza los 32 kg, lo que equivale a una generación estimada de más de 572 mil toneladas de residuos textiles al año (un 7% de los residuos sólidos urbanos per cápita). A nivel nacional, se importa el 92% de los productos textiles que se venden, lo que hace de Chile el cuarto mayor importador a nivel mundial de ropa de segunda mano, con más de 123 mil toneladas anuales.

Zonas del desierto de Atacama, convertidas en vertederos de ropa (Foto de Martín Bernetti/AFP)
Tras la oficialización de la resolución, la ministra Maisa Rojas señaló: “Hemos dado un paso muy relevante para el país: declaramos a los textiles como producto prioritario. Este es el primer producto prioritario que sumamos a los que estaban definidos en la Ley REP. Con esto iniciamos el trabajo para elaborar una regulación que nos permita avanzar hacia la economía circular de este sector”
Hasta el momento, la Ley REP contaba con seis productos prioritarios a ser regulados por el impacto ambiental que generan: envases y embalajes; aceites lubricantes; neumáticos; pilas; aparatos eléctricos y electrónicos; y baterías. Los residuos textiles se convierten así en el séptimo producto. Si bien aún restan los pasos necesarios para la promulgación del decreto que fije las metas de recolección y valorización, a partir de ahora las empresas de la industria textil tendrán la obligación de inscribirse en el Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC) y declarar cada año la cantidad de productos que han puesto a la venta en el país.
Se trata, en suma, de un primer paso hacia la economía circular en una industria muy significativa, que invita a combatir la moda de “usar y tirar”, pensando estrategias de reducción, reciclaje y reutilización que ayuden a reducir el impacto de los textiles en el medio ambiente.
