Así lo demuestra un reciente estudio realizado por la Asociación Chilena de Municipalidades y Kyklos, que refleja la preocupante realidad de los rellenos sanitarios.

Con el fin de ofrecer un panorama actual de la gestión de los residuos en el país, la Asociación Chilena de Municipalidades (ACHM) y la consultora Kyklos presentaron el estudio «Radiografía de los residuos domiciliarios en Chile». Este trabajo, para el cual se analizaron datos de 333 comunas (98,5% de la población nacional), recopila los datos de generación de residuos, disposición final y gestión del reciclaje a nivel comunal.

Entre otros resultados destacados, el estudio reveló que el 20% de los residuos domiciliarios generados en el país (equivalente a 1,5 millones de toneladas) está siendo dispuesto en rellenos sanitarios que ya cumplieron con su vida útil, una cifra preocupante a nivel ambiental. Además, otro 21% de dichos residuos es dispuesto en instalaciones con menos de cinco años de vida útil restante.

La acumulación de residuos en vertederos genera un grave impacto ambiental, con riesgos tanto para los ecosistemas como para las personas que viven en sus cercanías. Esto puede incluir efectos como la contaminación del agua subterránea, la generación de gases contaminantes, el daño a la fertilidad del suelo, y riesgos sanitarios para los seres vivos. La problemática es mayor, además, en el caso de los vertederos ilegales, aquellos que no cumplen con las medidas de seguridad adecuadas.

Según los datos recabados por el estudio, las regiones más afectadas son Coquimbo, Los Ríos y Magallanes: al no contar con sitios de disposición vigentes, envían el 100% de sus residuos a rellenos caducados. Esta falta de infraestructura se observa en la distribución de los recursos municipales: en promedio, el 73% del presupuesto municipal para la gestión de los residuos (475 millones de dólares anuales) se destina a transporte y cuestiones logísticas. Una realidad compleja que se evidencia, por ejemplo, en la comuna de Ancud, cuyos camiones deben recorrer 1.266 kilómetros para el traslado de los residuos hasta Los Ángeles.

Este colapso de los rellenos sanitarios existentes revela una vez más la necesidad de implementar estrategias comunales que promuevan el reciclaje, la reutilización y la reducción de los residuos. Un gran porcentaje de lo que hoy se envía a rellenos sanitarios puede ser valorizado: no hacerlo supone no solo un preocupante impacto ambiental, sino también el desaprovechamiento de recursos económicos de las comunas.