Por ejercer la presidencia del evento, el país contará con financiamiento para proyectos que involucran energías renovables, bosques y electromovilidad.
La edición número 25 de la cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático generó diversas opiniones a nivel mundial. Mientras que desde algunos sectores se destacaron los avances para proteger los océanos y para reducir de las emisiones de carbono, desde otros se hizo hincapié en la imposibilidad de lograr un acuerdo sobre el mercado de bonos de carbono, algo que muchos consideran fundamental para bajar las emisiones responsables del calentamiento global.
En el caso de Chile, sin embargo, el evento dejó consecuencias positivas. Más allá del traslado de la sede del evento a Madrid, Chile, por presidir la cumbre, recibió un importante financiamiento para llevar adelante estudios y proyectos ambientales. Según anunció el Ministerio del Medio Ambiente, se recibieron US$ 183 millones en aportes internacionales, provenientes de otros gobiernos, de fondos internacionales y de organismos multinacionales.
Del total, US$ 5 millones deben destinarse a países no desarrollados para que asistieran a la cumbre, mientras que lo restante será utilizado para iniciativas en el país, tal como explicó Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente: “Gracias a ejercer la presidencia de la COP25, Chile consiguió aportes internacionales por US$ 183 millones. De estos, US$ 178 millones estarán destinados a proyectos específicos que permitan mejorar la calidad de vida de los chilenos y chilenas, impulsando la acción climática efectiva en las distintas regiones del país”.
Por ejemplo, con el aporte de US$ 3 millones realizado por la Unión Europea, se llevarán a cabo los Diálogos Ciudadanos por la Acción Climática, eventos de debate y reflexión que tendrán lugar en 16 regiones del país. Con el aporte de US$ 1 millón realizado por Alemania, se elaborará un mapa de riesgos climáticos, que diagnosticará el impacto del calentamiento global en cada comuna chilena.
Otros destinos de los recursos obtenidos serán la electromovilidad y la gestión de residuos: China decidió donar 20 buses eléctricos para potenciar la movilidad sustentable, mientras que Luxemburgo se hará cargo de un proyecto de gestión integral de residuos en Chiloé, para el que aportará US$ 1,4 millones.
Además, gracias a este impulso internacional, el Fondo Verde del Clima aprobó la inversión de US$ 60 millones en el proyecto Espejo de Tarapacá de Valhalla, vinculado a energías renovables, y de US$ 63 millones para una iniciativa que subsidiará proyectos de comunidades destinados a proteger y reforestar bosques nativos.
Se trata, en suma, de un gran impulso que permitirá avanzar en proyectos sustentables, en el fomento del reciclaje, en la protección de espacios naturales, en el desarrollo de energías renovables, en la lucha contra el cambio climático, asuntos que cada vez se revelan más importantes para nuestro país.
Fuente: El Mercurio
